Pastriz es una serena y apacible localidad, con gran tradición agrícola y ganadera, que ocupa un lugar en la historia de nuestro Aragón. Situada en el Valle medio del Ebro, río que ha marcado la existencia de la misma, ya que al estar tan cerca de su ribera izquierda, las sucesivas crecidas han motivado que los restos de antiguos asentamientos, que pudieran haber existido, no se hayan conservado. Lo que si podemos pensar es que, debido a sus recursos naturales, aunque no existiera un núcleo habitado en época temprana, si que se cultivarían sus fértiles campos y existiría una ganadería que aprovecharía los pastos que sin duda existirían. Observando el topónimo de Pastriz, proviene de pastore, pasado al latín: pastoriciu, con el tiempo a Pastorix y finalmente a Pastriz (lugar de prados o pastoreo). En época remota en el Valle Medio del Ebro, existían frondosos bosques, según narra el geógrafo e historiador griego Estrabón en sus escritos, y con toda la seguridad se aprovecharía la madera. Con el tiempo al deforestarse la zona, quedaron abundantes pastos, motivo por el cual la ganadería alcanzó un lugar importante en la economía, al igual que la agricultura.
En época romana, las tierras comprendidas entre el Ebro y el Gállego eran famosas por su riqueza y frondosidad, por sus huertos y prados. En las que se cultivaban cereales, viñedos, olivos, leguminosas. Históricamente, debieron ser los romanos los que pusieron en marcha el sistema de regadío por inundación, con la creación de azudes y acequias, sistema que fue ampliado por los árabes, como luego veremos. Tierras, cuyos propietarios con seguridad vivían en la cercana ciudad de Caesaraugusta, y que eran trabajadas por agricultores y ganaderos. Tras la reconquista de la musulmana Saraqusta, el 18 de diciembre de 1118 por Alfonso I el Batallador, estas tierras pasaron a pertenecer a la Orden de jerusalén o de los Hospitalarios (ya que el monarca donó la zona ocupada actualmente por el pueblo de Pastriz a esta Orden, así como las poblaciones de Pina, Caspe, El Burgo; y otros lugares, como Zuera, Sobradiel y Monzalbarba).
La Huerta zaragozana con el tiempo paró a manos de «terratenientes» (particulares, grandes señores, monasterios, etc.) que residían en la ciudad; trabajando la tierra campesinos y ganaderos, muchos de ellos moriscos, quienes pagaban un vasallaje a los propietarios de las tierras.
Tras la Reconquista, la población morisca, que se quedó a vivir en España, fue obligada en 1502 a bautizarse, convirtiéndose en parte importante de la sociedad de la época. A pesar de que habían abrazado la religión cristiana, en su privacidad, en la mayoría de los casos, siguieron conservando sus costumbres y cultura, no logrando ser aceptados como iguales por los cristianos viejos. En Aragón la población morisca fue muy numerosa e importante, sobre todo en el Valle del Ebro. Se convirtieron en buenos artesanos y trabajadores del campo; no olvidemos que ellos eran magníficos especialistas en sistemas de riego y de esta época son la mayoría de las obras hidráulicas, que aún hoy se conservan, y que permitían el riego a todo el Valle (acequias como la Camarena, la de Urdán, en la margen izquierda del Gállego; y la de Candevanía y del Rabal, en la margen derecha, todas ellas tienen origen árabe). En lo que respecta a la de Urdán, está documentada por primera vez a mediados del siglo XII. La acequia nace a la altura de la Cartuja de Aula Dei y recorre un trazado de unos 40 kilómetros, regando seis mil quinientas hectáreas, comprendiendo seis términos municipales (Zaragoza, Pastriz, La Puebla de Alfindén, Alfajarín, Nuez de Ebro y Villafranca de Ebro). Sobre esta acequia existe una leyenda oral por la cual, el primer tramo de la acequia la construyó un moro llamado Paniporta y el segundo tramo lo realizó otro moro con el nombre de Jarandín, hasta que tiempo después otro musulmán, llamado Urdán, pidió permiso a ambos para realizar una acequia más larga, aquellos accedieron con la condición de que a ellos no les faltara el agua en sus tierras (hay que comentar que muy ligados al término de Urdán existen dos términos que riegan con la misma agua, pero son independientes, y curiosamente llevan los nombres de Paniporta y Jarandín).
Continuando con el tema de los moriscos, un hecho importante sucedió en 1609, cuando el rey Felipe III dictó un Decreto Real, por el cual ordenaba la expulsión de los moriscos, a los que nunca se había aceptado, afectando esta Real Orden un año más tarde a Aragón. La expulsión tuvo funestas consecuencias para todo el reino, y sobre todo para el Valle del Ebro; ya que la pérdida de población y, como consecuencia de ello, de mano de obra, tan importante en la agricultura y ganadería de toda la huerta, motivó que las tierras trabajadas por los moriscos quedasen yermas, e incluso pueblos enteros abandonados. Todo ello representó un fuerte empobrecimiento para Aragón. Pastriz no fue un caso diferente, y su población se vió claramente mermada.
Uno de los primeros documentos en los que aparece el término de Pastriz, lo encontramos en el Archivo del Pilar, con fecha de 1185, en el que se afirma que «Pedro Muel y su hija Alvira, empeñan a su yerno Gil, dos viñas entre los término de Pastriz y Quicena«, pero sin especificar si se están refiriendo a un pueblo o a una «partida de terreno así llamada». Otra noticia sobre Pastriz la encontramos en 1225, en la venta por parte de «Pedro Villamar y su mujer Eva«, de una heredad en Zaragoza y Pastriz, herencia de doña Inés de Villamur, al Hospital de Zaragoza (firmando como testigo Ortí de Pastriz).
En lo que respecta al primitivo núcleo urbano de Pastriz parece que se formó entre los siglos XIII y XIV, ya que en una relación de 1364, en la que se enumeraba la ayuda económica aportada por los «barrios de Zaragoza» para la guerra de Castilla, Pastriz figura que ha aportado 1.800 sueldos, cantidad que demuestra que ya era un lugar importante, equiparándose a Monzalbarba, que contribuyó con igual cantidad; y superando a otros «barrios» como La Puebla que contribuyó con 600 sueldos, o Sieste y Vistabella, con solo 180. Posteriormente, en 1369, tal y como aporta la historiadora Isabel Falcón, Pastriz aparece ya como lugar habitado, en un reparto contributivo.
Otro documento de gran importancia para la historia de Pastriz, se encuentra en el Archivo de la Corona de Aragón de Barcelona, por el cual conocemos (gracias a la investigación de don Daniel Salanova, antiguo maestro de Pastriz), que «el cinco de mayo de 1460, estando don Juan II de Aragón en el lugar de Alfajarín, confirmó los nuevos estatutos de Pastriz, que los Jurados, Capítulo y Consejo de la ciudad habían otorgado, ante el notario Antón de Cuerla, el 28 de noviembre de 1459, por el Gobierno del Lugar»: «Universitatis loci de Pastriz, Nos Johannes etcetera. Exibite et ostende fuerunt coram manifestati nostra pro parte vestri fidelium. nostrorum juratorum consili et universitates loci de Pastriz barrii civitatis Cesaraugustae…» En el documento se pone en evidencia la existencia de conflictos entre ganaderos y agricultores, y al ser un núcleo en claro desarrollo, se vió la necesidad de reglamentar las leyes para la convivencia de ambos. Según el documento podemos ver la importancia que había adquirido la ganadería en aquella época en el lugar. El interés de este documento es grande, incluso el rey, ordena a dos de sus representantes en el Reino y en la ciudad de Zaragoza, que vigilen que todos respeten el acuerdo, y el que no lo haga, pague una multa de nueve sueldos.
Otro dato interesante es la presencia en Pastriz de la familia Lanuza (siglos XV-XVI), quienes construyeron su palacio en la entrada del lugar. Don Juan de Lanuza y Pimentel, Justicia de Aragón y Virrey de Sicilia, se casó en 1507 con doña Juana Rocaberti, propietaria de una serie de fincas en Pastriz. Tanto las propiedades como el palacio pasaron a manos de la hija que tuvieron, doña María de Lanuza, casada con uno de los nobles más importantes de Aragón: don Pedro Martínez de Luna, conde de Morata.
A lo largo de los años tanto el palacio como las fincas pasaron de unas manos a otras. A principios del siglo XIX, era propiedad de la condesa de Peñaflor, quien lo vendió a la familia de Quinto, pasando en el siglo XX a Javier Pascual de Quinto y Martínez de Andosilla, V barón de Guiarreal. Actualmente es propiedad, junto a las fincas agrícolas, de su heredera Ana España Pascual de Quinto.
Pero volvamos al siglo XVI, momento en el que Pastriz había crecido, por la agrupación de varias torres. A lo largo de este siglo fue construida la iglesia parroquial, en la que trabajó entre 1514 y 1551 realizando la torre mudéjar, el insigne nmaestro de obras Juan de Sariñena, autor de La Lonja de Mercaderes de Zaragoza. Es en este momento, en 1543, cuando aparece el nombre de Pastriz por vez primera en el Archivo Arzobispal de la ciudad; y se tienen los primeros datos en el archivo parroquial de Pastriz, archivo que se comienza en 1590. El lugar iba creciendo, motivo por el cual el 6 de abril de 1583, varios jurados del «barrio de Pastriz» y de la ciudad de Zaragoza realizaron la «mojonación» del término con varios vecinos de La Puebla de Alfindén,estableciéndose los límites del actual Pastriz.
En esta época el pueblo, en aquel momento aún barrio de Zaragoza, ya estaba formado como tal, con calles como la del Rosario, calle Sanclemente, Plaza de España, calle del Pilar, calle Baja, calle del Carmen, y plaza de la Herrería, calles que aún conservan sus nombres y en las que aún podemos encontrar edificios de la época. Al primitivo núcleo urbano se accedía a través de cuatro puertas: La Luna, La Portalada, La del Lavadero, y la del Carmen, que desgraciadamente no se conservan.
No se tiene constancia documental de cuándo dejó de ser barrio de Zaragoza para convertirse en pueblo con ayuntamiento propio, ya que el archivo local se destruyó con todos los documentos que en él se conservaban. En 1827 en el diccionario Geográfico de Sebastián Miñano se le menciona como pedanía, con alcalde de barrio; pero ya en 1845, en el Diccionario Geográfico de Madoz, se le nombra como pueblo con ayuntamiento propio, cárcel, escuela, iglesia parroquial de san Pedro, ermita dedicada a santa Ana, patrona del pueblo junto con el apóstol san Pedro; también se menciona al palacio del Conde de Peñaflor (después del Barón de Guia Real); la torre del marqués de Ayerbe o La Alfranca; y el pozo de nieve o nevero, situado en la parte trasera de la ermita de santa Ana.
Pasaron los años y la situación del pueblo no debió agradar a los pastriceros, ya que en reunión celebrada el 23 de abril de 1886, se acordó la anexión de Pastriz como barrio a Zaragoza, ofreciendo al concejo zaragozano varias propiedades del pueblo a cambio de la aceptación. Hecho que no se llevó a cabo, por no convenir al municipio de Zaragoza.
Aunque actualmente, Pastriz siga siendo un pueblo básicamente agrícola, la vida de sus habitantes ha cambiado bastante. La industrialización trajo consigo el que las nuevas generaciones abandonaran el campo, bien por los estudios o por trabajar en la ciudad, y aunque las tierras se siguen cultivando, en muchos casos la agricultura y ganadería han pasado a un segundo plano en la economía familiar. En cuanto a las comunicaciones se refiere, sin duda éstas han ido mejorando, pero muchas veces nos hemos sentido dejados de la mano de las autoridades de «la capital». Hoy Pastriz se ha convertido en un pueblo con muchas posibilidades, y que solo necesita una pequeña ayuda para despegar.
No podemos dejar de comentar que a escasos tres kilómetros del núcleo urbano de Pastriz, y perteneciente a su término, se puede visitar la Finca de La Alfranca, precioso paraje rodeado de naturaleza; al lado de la Reserva Natural de los Sotos y Galachos del Ebro, «donde la naturaleza y la historia configuran el paisaje». Hoy en día es un centro que engloba el Centro Internacional del Agua y del medio Ambiente del Gobierno de Aragón, así como el centro de Recuperación de Fauna Silvestre. Pero su historia se remonta a tiempos lejanos.
La Alfranca fue un lugar ocupado por la comunidad musulmana. Alfranca es una palabra árabe que significa «la franca», o lugar libre de impuestos, que, tras la conquista y posterior expulsión de los moriscos, fue repoblado por cristianos. Pero será en los siglos XVIII-XIX, al pasar la propiedad a los marqueses de Ayerbe, don Pedro Jordán de Urriés y Urriés y doña María Ana Pignatelli y Cervera, cuando alcanzó su máximo esplendor, ya que al mismo tiempo que fue finca agropecuaria también fue lugar de recreo de la noble familia. En ella murió el marqués el 8 de septiembre de 1799.
Todo el conjunto arquitectónico es Bien de Interés Cultural, siendo restaurado en 2005. Está compuesto por varios edificios: el Palacio del siglo XVIII; el convento de san Vicente de Paúl; el edificio de las antiguas caballerizas; y los jardines Históricos. En la restauración se creó el llamado «Jardín de Rocas», en donde se pueden contemplar piedras recogidas en diferentes puntos de Aragón.
En 1808 la propiedad era de Pedro Ignacio Jordán de Urriés y Palafox Fuenbuena, primo de José Palafox y Melci, conocido como «el General Palafox», héroe de la Guerra de la Independencia. Palafox, era el tercer hijo de los marqueses de Lazán y Cañizar, una de las familias más antiguas de Aragón y muy unida por lazos familiares a los marqueses de Ayerbe. Según relatan, Palafox se encontraba descansando en el Palacio de la Alfranca, cuando un grupo de zaragozanos, al mando del famoso Tío Jorge (Jorge Ibor y Casamayor), lo fueron a buscar el 25 de mayo de 1808 para ofrecerle la Capitanía General de la ciudad y el mando del ejército, para luchar contra la presencia francesa en la ciudad. Comenzaba el Primer Sitio de Zaragoza, contienda que también mermaría el número de habitantes del pueblo.
Como podéis comprobar Pastriz, además de su patrimonio artístico, tiene también un pasado histórico importante. Elegido para el disfrute y el descanso por grandes personajes de nuestra historia, Pastriz sigue siendo un lugar, lleno de paz, donde la historia y la naturaleza se dan la mano. Os esperamos.
Bibliografía.
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-SALANOVA ORUETA, DANIEL. Historia y sociología de Pastriz, Zaragoza, 1990.
-SIPCA: Patrimonio arquitectónico Pastriz. Gobierno de Aragón: http://www.dara-aragon.es/censo/resultados_busqueda_simple.html?accion=BUSCAR_BIENES_SENCILLA&tipobien=INM&texto_busqueda=pastriz
– EL VIAJE DE LA LIBÉLULA: https://www.elviajedelalibelula.com/single-post/2018/08/19/Palacio-del-bar%C3%B3n-de-Gu%C3%ADa-Real-Pastriz-Zaragoza
-FERRÁNDEZ SANCHO, Florencio y Guadalupe: Estudio sobre la parroquia de san Pedro Apóstol y la ermita de santa Ana. Pastriz (Zaragoza).
-Regadíos del Bajo Gállego. Confederación Hidrográfica del Ebro: http://www.chebro.es/contenido.visualizar.do?idContenido=2365&idMenu=2227
-RIVAS, Félix A.: Patrimonio Hidráulico en la Huerta de Zaragoza: http://www.zaragoza.es/contenidos/medioambiente/huertas/PatrimonioHidraulico.pdf
-Sobre la etimología de Pastriz, pág. 157: PÉREZ OROZCO, Santiago: La lengua de los Baleáricos: http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/tesisuned:Filologia-Sperez/PEREZ_OROZCO_Santiago_Tesis.pdf